En los últimos años cientos de sustancias químicas incluidas en numerosísimos productos y materiales con los que estamos en contacto a diario han sido incluidas por autoridades de distintos países n un registro especial que engloba todos aquellos productos cuya seguridad está en entredicho, solicitando a la Unión Europea (UE) que las estudie en profundidad.
Sin embargo, desde el año 2012 solo han sido analizadas 94 de las 375 sustancias incluidas en esa lista. Y los resultados son totalmente alarmantes: casi la mitad de ellas (en concreto 46) han sido calificadas de peligrosas para la salud humana y para el medioambiente.
La lentitud en las investigaciones se debe, en muchos casos, a que las empresas químicas ocultan los datos requeridos por las autoridades. Lo cierto es que así pueden seguir comercializándose (durante el plazo de estudio la sustancia no se prohíbe cautelarmente, sino que se sigue utilizando por parte de la industrial; de hecho, algunas sustancias han llegado a distribuirse durante 16 años antes de prohibirse).
Y a esto hay que sumar, además, que seguramente son muchas más las sustancias nocivas para la salud de las personas que las 375 registradas, ya que en realidad hay decenas de miles de componentes químicos utilizados en la actualidad en la fabricación de todo tipo de materiales.
Sin duda se trata de una situación alarmante que, según los propios autores de un reciente informe(1) publicado por la Oficina Europea del Medio Ambiente (una red de más de 150 organizaciones medioambientales ciudadanas con sede en más de 30 países) y que denuncia la situación, implica una enorme exposición de la población a estas sustancias, “contribuyendo a una ‘epidemia silenciosa’”.
Fuente:
“Chemical evaluation Achievements, challenges and recommendations after a decade of REACH”. Jeremy Wates, Dr. Hélène Loonen, Dolores Romano, Tatiana Santos and Elise Vitali. European Environmental Bureau (EEB). February, 2019.